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martes, 26 de noviembre de 2019

¿Me das cita para un masaje?

- Quería cita para un masaje.
- Vale. Tal día, a tal hora.

Día tal, hora tal. 

- Cuéntame qué te pasa.
- Pues que llevo dos semanas con dolor aquí en los dos lados (trapecios), sobre todo al final del día, en especial los días que trabajo (oficina). Llevo una temporada que me duelen más, porque aumentó mucho la carga de trabajo, me tengo que quedar una hora más y no veo casi a mis hijos.
¿Haces ejercicio?
- Pues la verdad es que no hago nada.
- Deberías de hacer algo para mejorar tu condición porque es necesario no solo para el dolor sino para mejorar tu salud en todos los aspectos (...). Acompáñame a la cabina. 

[Sensación de tirantez en las inclinaciones laterales y en la flexión cervical en territorio de trapecios sin limitación de la movilidad].

- Vamos a hacer una cosa, te voy a dar un masaje un rato, luego movilizamos un poco el cuello y los hombros y te enseño unos ejercicios para que hagas en casa. Porque si nos quedamos solo con el masaje, va a ser como tomarse una pastilla, te aliviará un rato pero luego el dolor volverá, para que el problema se solucione, tienes que acondicionar un poco la zona.


Y ya está. Y no pasa nada. Los profesionales que tenemos que dar el masaje a personas con patología, somos nosotros. Debemos de educar, mostrar las mejores opciones, pero ante una creencia intensa, ¿por qué no dar un masaje, siempre y cuando se mantenga clara la escala de prioridades y se explique al paciente qué es realmente lo que le va a mejorar?

Si dejamos de darlo, los pacientes se irán a otros profesionales no sanitarios e intrusistas a que les den lo que ellos demandan y creen que les va a curar, con la salvedad de que esos profesionales no se van a molestar en no generar dependencia. Irán al spa o a la esteticién o al quiromasajista con sus dolores, y no son ellos los profesionales que los tienen que abordar.

La terapia manual ayuda a través de diferentes mecanismos a modular el dolor, es un parche. Pero es que a veces ese parche es suficiente en problemas que se iban a autolimitar. Y encima aportamos bienestar a nuestro paciente. ¿O vamos a juzgar a quien se toma el Frenadol para el catarro y no lo pasa "a huevo"?

Así que si ajustamos nuestras explicaciones a los que parecen los mecanismos de actuación del masaje y otras técnicas de terapia manual a través del sistema nervioso y no con nocebos, yo me declaro firme defensora de esta práctica. 

Puede que mi sesgo sea marcado porque trabajé mucho con terapia manual, pero es que he tratado cientos de pacientes (perdón si suena ostentoso) con terapia manual a los que no he generado dependencia. 

De igual manera, si me han venido pidiendo un masaje relajante, sin patología ni dolor que justificara mi intervención, siempre he recomendado la visita a un spa o a un masajista. 

Si abandonamos la terapia manual (masaje incluido), alguien llegará que la usará y luego nos lamentaremos de haberla perdido o de tener que luchar para reivindicarla


Y por cierto, creo que estoy teniendo un deja vu.

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