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viernes, 28 de enero de 2011

Memorias de una fisio de Campeonato...

Muy buenas, ya era hora de reenganchar el blog.

Tras llevar tres semanas de vuelta en la consulta, ya sumida en la rutina diaria, me toca recapitular sobre la experiencia vivida en Córdoba. Como os anuncié en la página de Facebook, estuve allí la primera semana de Enero como Fisioterapeuta de las Selecciones Asturianas de Baloncesto y he de deciros que vine encantada.

¿Cómo es el trabajo de una fisio en un campeonato? Pues no podría encontrar un sólo calificativo para describirlo...
  • Es cansado, sueles ser la que primero empieza la jornada y la que más tarde la acaba.
  • Es gratificante, cuando consigues que los lesionados puedan llegar a jugar o lo hagan sin molestias. Y cuando, una vez de regreso, recibes alguna llamada de alguna madre agradecida.
  • Es exigente, porque los deportistas no son pacientes al uso, su cuerpo llega muy solicitado por el momento de la temporada, por el estrés de la competición, por la aclimatación a los nuevos horarios y porque son competitivos, quieren jugar y hacerlo en las mejores condiciones posibles... y si no lo consiguen, se frustran y esa frustración te salpica a ti, porque una, además de ser fisio, también es deportista y entiende ese sentimiento perfectamente.
  • Es responsabilidad, en la toma de decisiones cuando tu "yo deportista" se debate con tu sentido común y tus conocimientos profesionales en una guerra corazón-cabeza para acabar decidiendo que alguno de los jugadores no puede seguir participando en lo que le resta de competición. Y os aseguro que nunca me acostumbraré a la sensación que se te queda cuando, tras hacer un diagnóstico de fisioterapia, tienes que comunicar "malas noticias".
  • Es aprendizaje, porque aunque lleves años con tu trabajo, siempre aparece el típico caso-reto que te hace exprimirte la cabeza para encontrarle solución y eso enriquece.
  • Es divertido, por doble motivo; primero, vives una semana rodeada de chavales y chavalas de entre 12 y 16 años que te contagian esa despreocupación y ganas de pasarlo bien que es inherente a su edad y segundo, porque la convivencia entre todos los que formamos el grupo técnico fue estupenda. Y esta diversión, (junto con el resto de sensaciones que os acabo de describir) hace que siempre me queden ganas de ir de campeonato...