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jueves, 10 de enero de 2013

La medicina más barata

Tras asisitir a las Jornadas de Fisioterapia del Principado de Asturias el pasado mes de Noviembre y escuchar la ponencia de D. Miguel Aragón Fitera, fisioterapeuta especialista en rehabilitación cardiaca, he estado meditando y disertando mucho sobre el ejercicio físico y la salud.

Todos conocemos de sobra los beneficios del ejercicio sobre el organismo, si no en su totalidad, al menos tenemos una vaga idea de que nos va bien para un montón de problemas. Pues bien, la lucha personal que yo quiero emprender e intentar extender a la mayor cantidad de gente posible (empezando por mis propios pacientes), es la de conseguir fidelizar y enraizar alguna práctica de ejercicio físico o actividad deportiva. Tendrá que ser de manera personalizada para optimizar las capacidades de cada organismo.

Para los servicios públicos de salud supondría un gran ahorro intentar instaurar programas de ejercicio físico mantenido, con su seguimiento y asesoramiento particular. Empezando a lo mejor en los mismos gimnasios o salas de rehabilitación de los hospitales, para progresivamente ir liberando y cargando de su propia responsabilidad individual al paciente en su domicilio.

Debería de prescribirse hasta el más mínimo detalle en cuanto a calentamiento, trabajo y vuelta a la calma con sus correspondientes estiramientos. Podría haber una vía de consulta telefónica o por correo electrónico para cualquier duda o ajuste que se pudiera hacer a distancia.

¿Qué tipo de medicación podríamos evitar tener que tomar para no llegar a ser unos ancianos intoxicados y sobremedicados? Pues podríamos evitar tratamientos farmacológicos para la diabetes tipo II, para la hipercolesterolemia, para algunas patologías cardiacas, respiratorias, digestivas (estreñimiento por ejemplo), vasculares (hipertensión, varices, insuficiencia circulatoria), psiquiátricas (ansiedad, depresión); y para lo que más me implica a mí como profesional, controlar patologías del aparato locomotor derivadas del sedentarismo, por bajo tono muscular, por pérdida de elasticidad de las estructuras"blandas". Además, muchos de estos problemas van frecuentemente asociados al sobrepeso u obesidad que también se mantendrían a raya con la actividad física.

Veo muchas ventajas y pocos inconvenientes. A los profesionales sanitarios nos resulta mucho más cómodo no pelear con el paciente y no insistir en estas pautas, pero que creo que por vocación, es nuestra obligación hacerlo y participar activamente en la toma de conciencia de "deberes con la salud" de cada persona que tratemos. Mentalicemos a la gente que aunque tomarse esa o aquella pastilla pude resultar "más cómodo" nunca será tan completo ni tan satisfactorio como saber que realmente están tomando parte activamente en su estado de (buena) salud.

Como bien definió el Dr. K. H. Cooper, "el ejercicio físico es el método para poner más años en su vida y más vida en sus años".