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jueves, 1 de diciembre de 2011

Artículo para "Nuestra Revista"

Os adjunto el artículo que escribí para colaborar con "Nuestra Revista", publicación del Centro Social de Personas Mayores de La Luz, aquí en Avilés.



A medida que envejecemos, nuestro cuerpo se va deteriorando, es ley de vida.
Con el envejecimiento, la musculatura es más débil, nuestros reflejos más lentos y nuestros huesos más frágiles. Si a esto, le añadimos otros "achaques" típicos de la edad, como la pérdida de visión, la degeneración articular derivada de procesos como la artrosis, nos encontramos un caldo de cultivo para que las caídas se hagan cada vez más frecuentes.
Una caída en estas edades puede ser la fuente de muchas complicaciones posteriores derivadas de la inmovilidad, ya sea por la convalecencia tras una fractura o porque el miedo a caer limite cada vez más la actividad física (o por ambas cosas).
Existen muchas formas de envejecer, hay gente que tiene apariencia de ser mucho más mayor de la edad que en realidad tiene, hay otras personas que en cambio, parecen más jóvenes y hay gente en la que apariencia y forma física concuerdan con su edad.
Lo ideal sería que nuestro cuerpo se conservara lo más óptimo posible acorde a su edad y eso fundamentalmente se consigue manteniendo una actividad física que nos permita mantener nuestro aparato locomotor (huesos, músculos y articulaciones) fuerte y elástico.
No es necesario realizar actividades fuertes ni agresivas, simplemente caminando a diario y realizando un programa de ejercicios suaves bastará para prevenir las peligrosas caídas.
Aparte de la actividad física, tendremos que vigilar también la vista (necesidad de gafas y que éstas estén bien graduadas), la medicación (consultando con nuestro médico de cabecera si notamos algún cambio en nuestro estado general) y la eliminación de "obstáculos" o riesgos innecesarios en nuestro domicilio.

Adaptaciones y cambios que podemos tener en cuenta en nuestro hogar:


- Sustituir la bañera por el plato de ducha.
- En caso de bañera, colocar asiento.
- Alfombrillas antideslizantes tanto en el plato como en la bañera.
- Eliminar alfombras de las habitaciones ya que pueden ser causa de tropiezos o resbalones. En caso de que fuera "imprescindible" mantenerlas deben pegarse al suelo.
- Evitar que cables de teléfono y lámparas crucen por las zonas de paso.
- Colocar los objetos de uso más frecuente en zonas de fácil acceso. Evitar subirse en escalerillas y banquetas para llegar a algún estante.
- Llevar siempre calzado cerrado y con suela de goma. Las zapatillas abiertas por detrás son menos seguras. 
- Tener en casa una buena iluminación y evitar caminar a oscuras.
- Si fuera necesario, por tener poco equilibrio, colocar barras a lo largo del pasillo y habitaciones, que faciliten la movilidad por la casa o nos puedan ayudar a incorporarnos.
- Elegir como asiento habitual uno que no sea muy bajo ni blando, desde el cual no suponga mucho esfuerzo incorporarse y a ser posible, con reposabrazos.

Y para terminar, como último consejo de salud, tendremos en cuenta un dicho de sabiduría popular:
Para vivir muchos años, poca cama, poco plato y mucho zapato”